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Queda mucho por avanzar en la relación entre universidades y colegios de Trabajo Social

By 11 abril, 2016 No Comments

Os dejo una entrevista que me han realizado con motivo del II Congreso Internacional de Trabajo Social (CIFETS) y el XI Congreso de Facultades y Escuelas de Trabajo Social.

Si queréis acceder al enlace de la entrevista PINCHA AQUI

Entrevista a Ana Isabel Lima, presidenta del Consejo General del Trabajo Social

“Queda mucho por avanzar en la relación entre universidades y colegios de Trabajo Social”

Ana Isabel Lima, presidenta del Consejo General del Trabajo Social, que aglutina a los Colegios Profesionales españoles del gremio, reconoce vivir un momento lleno de retos para la profesión que ahora lidera: el Trabajo Social. Entre esos desafíos están una mayor presencia del perfil profesional en el ámbito universitario y en el área investigadora; la búsqueda de nuevas metodologías apoyándose en la innovación social; el fortalecimiento de los Derechos Humanos dentro de la práctica del Trabajo Social; así como la defensa de unos profesionales, los trabajadores sociales, especialmente demandados en estos tiempos, pero con saturación de tareas en muchos de los casos.

-Como presidenta de la Consejo General de Trabajo Social, ¿con qué expectativas afronta el próximo II Congreso Internacional de Trabajo Social y XI Congreso de Facultades y Escuelas de Trabajo Social?

Creo que se contribuirá a seguir construyendo científicamente la profesión del Trabajo Social. Me parece muy interesante y necesario continuar progresando en la generación e intercambio del conocimiento científico de la profesión. En este tipo de congresos se fomenta esa investigación en torno a los ámbitos de actuación del Trabajo Social tradicionales y también en los nuevos. De hecho, se entregan unos premios a tesis doctorales de Trabajo Social que son una muestra muy interesante de ello.

– ¿Qué puede aportar este II CIFETS al Trabajo Social en España en el plano profesional?

La mejora en la conexión entre la teoría y la práctica a través de la investigación y el avance en la innovación social. Además, creo que contribuirá también a prosperar los modelos de evaluación de la práctica. Por otro lado, centrar el interés en la defensa de los derechos humanos puede reforzar algunos de los ejes claves de la profesión del Trabajo Social.

– Derechos Humanos e Innovación Social son las claves sobre las que versará el congreso, ¿qué hay de ello en la práctica del Trabajo Social?

El Trabajo Social desde sus orígenes ha implementado la innovación para resolver diferentes problemas y necesidades sociales. Sin embargo, es cierto que el término de innovación social se ha empezado a popularizar en los últimos años, como por ejemplo cuando en 2010 la Unión Europea presentó su Estrategia 2020, donde se incluyen entre otras líneas estratégicas el fomento de la innovación social como una de las medidas prioritarias que ayudarán a afrontar las restricciones en los presupuestos públicos y mejorar la competitividad de la economía europea.

Una propuesta interesante para el Trabajo Social es la que hacen Westley & Antadze. Estos autores definen la innovación social como un proceso que no tiene porqué estar implicado en torno a un interés comercial cuyo objetivo último está orientado “a producir una transformación social en un plano sistémico”.

Apostamos por una innovación social que genere un estado de bienestar potente dando nuevas respuestas ante viejos y nuevos problemas sociales. Ejemplo de esta innovación social es que en el Consejo General de Trabajo Social hemos sido fundadores de la Asociación SROI en España, para potenciar nuevas metodologías para medir el impacto social. Creemos que el Trabajo Social desde sus diferentes ámbitos puede innovar ya sea desde el tercer sector, la administración pública o empresa privada. Lo bueno que tiene el Trabajo Social es que es una disciplina transfronteriza y con ello tenemos unas competencias para beber de diferentes disciplinas para centrarnos en el usuario y sus necesidades con diferentes metodologías que nos hace reinventar servicios y procesos de atención. La clave es tener una actitud flexible y abierta en este siglo XXI complejo.

Por otro lado, el Consejo General está centrado en la identificación de los derechos sociales con los Derechos Humanos y ello se muestra claramente en las acciones de nuestra campaña “Derechos Sociales por la Dignidad”, donde entre otras cosas existe una línea de argumentación sobre la prueba de que los recortes sociales en los sistemas de protección en España han provocado la vulneración de los Derechos Humanos.

-¿A qué retos o desafíos se enfrenta el Trabajo Social en los próximos años?

Uno de los retos más desafiante para el Trabajo Social es abrirse como profesión a nuevos espacios de intervención social distintos a los tradicionales. Asimismo es interesante seguir en la defensa de los sistemas de protección social y las políticas sociales del Estado de Bienestar Social.

Desde el punto de vista laboral y profesional, es importante luchar por la mejora de las condiciones laborales de los profesionales: en horarios y retribuciones, en las empresas privadas y el tercer sector; y en la excesiva saturación de trabajo, en los servicios públicos.

Necesitamos seguir avanzando en el fomento de la identidad del Trabajo Social a través de la investigación, pero es importante que esta esté realizada desde la práctica de los ámbitos de intervención profesional por trabajadores sociales.

Por otro lado, habría que dar más espacio al Trabajo Social comunitario, ya que actualmente estamos más centrados en tareas de atención individual y familiar y se ha ido reduciendo en exceso el trabajo desde una perspectiva de desarrollo comunitario. Otro de los retos por abordar en la próxima década corresponde a la elaboración de modelos de intervención online e investigación social a través de las redes sociales.

– Haciendo un análisis profundo de la situación actual del Trabajo Social en España, ¿cuáles son las fortalezas y debilidades, las amenazas y las oportunidades?
Fortalezas

– El Trabajo Social está presente en múltiples ámbitos (salud, servicios sociales, empleo, educación, vivienda, penitenciarias, cooperación…) y somos profesionales de referencia del sistema público de Servicios Sociales. – Tenemos una fuerte estructura colegial (40.000 colegiados/as y 36 colegios) en la que están representados todos los territorios de España y así como una estructura internacional donde existe una fuerte presencia y reconocimiento del Consejo General.
– Tenemos el máximo nivel de titulación en el Espacio Europeo Superior (grado, master y doctorado).

Debilidades

Las condiciones de trabajo de muchos profesionales no son las idóneas para garantizar la calidad en la intervención social.
Poca dedicación a tareas fuera del despacho.
Amenazas

Se ha producido un aumento de la demanda en los últimos años que ha desbordado a los trabajadores sociales y a su vez se han aplicado medidas de austeridad que ha empeorado la capacidad de respuesta.
Los recortes sociales.
La precarización laboral.
La tendencia a la privatización.
El aumento de la desigualdad social y de la pobreza.
Oportunidades

La reacción de la profesión coherente con su compromiso con los Derechos Humanos y la Justicia Social.
La participación en los movimientos sociales.
La incidencia en las políticas sociales para mejorar la situación actual.
– ¿Es muy diferente la situación en España respecto a otros países europeos?

Todos los países han sido afectados por las medidas de austeridad, pero los peores son España, Italia, Portugal, Grecia e Irlanda. En los países del Este de Europa hay un Trabajo Social emergente que tiene muchos retos por delante. Los países nórdicos son una buena referencia en cuanto al modelo de bienestar que garantiza unos parámetros más idóneos para el ejercicio de la profesión.
Una de las cuestiones a destacar en España es nuestra fuerte estructura profesional que además se ha sabido movilizar para reclamar la necesidad de ir a eliminar las causas de los problemas, aplicando las políticas sociales más adecuadas para ello.

– ¿Se está trabajando en conjunto entre universidad y colegios profesionales de Trabajo Social?, ¿en qué medida la práctica profesional está presente en el área académica?

Esta respuesta es difícil ya que cada universidad tiene independencia. No obstante, se puede generalizar en algunas cuestiones como la existencia de buenas experiencias de colaboración.
Creo que queda mucho por avanzar: en muchos casos las colaboraciones entre colegios y universidades se basan en actuaciones puntuales y anecdóticas. Pienso que es necesario poder prosperar hacia una interactuación en relación de igualdad.

Otro obstáculo es que desde el ámbito académico no se valora de manera adecuada la experiencia profesional. Existe una valoración desproporcionada de las publicaciones científicas e investigaciones y eso no ocurre con la práctica.
Asimismo los proyectos de colaboración desde los centros de trabajo y las universidades para elaborar y evaluar modelos de intervención son ideales, pero muy escasos y considero que suponen un camino muy interesante para el Trabajo Social.

– Si tuviera que definir el Trabajo Social en una frase, ¿cómo lo definiría?

Ya está definido como: “El Trabajo Social es una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el trabajo social. Respaldada por las teorías del trabajo social, las ciencias sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, el trabajo social involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el bienestar”.
Para terminar yo diría que el Trabajo Social tiene como uno de sus principales objetivos contribuir a que las personas vivan una vida que merezca la pena ser vivida.