«En el día en el que se toma conciencia de las temáticas globales demográficas, incluidas sus vinculaciones con el medio ambiente y el desarrollo, los y las trabajadoras sociales manifestamos que tenemos una responsabilidad como agentes de cambio. Estamos ante una situación global de crisis de solidaridad, denunciamos la aporofobia de quienes discriminan, sienten miedo y rechazo hacia las personas en situación de vulnerabilidad. Hay que avanzar en la protección social, jurídica y económica de las familias. Las trabajadoras sociales nos comprometimos en el año 2012 con el desarrollo de la Agenda Global de Trabajo Social y Desarrollo social. Nuestro compromiso es construir sostenibilidad. Apoyar, influir y permitir a las estructuras y sistemas que permitan que las personas tengan poder sobre sus propias vidas y hacerlo de manera positiva, para hacer frente a las causas de la desigualdad, para crear un mundo más justo socialmente. Como profesionales de la intervención social debemos comprometer a los gobiernos en la especial protección de los grupos más vulnerables y desprotegidos; menores, personas con diversidad funcional, mujeres, mayores, o personas dependientes. Todo tipo de intervención y acción debe hacerse desde una perspectiva que mantenga la dignidad de las personas y sus derechos.»