Trabajo social, intervención en el proceso del final de la vida

Comparto el encuadre del número 114 de la Revista Servicios Sociales y Política Social que coordiné, para introducir la reflexiones y el artículo sobre el trabajo social y el final de la vida

Intervención Profesional en el proceso del final de la vida

Se parte de que la intervención de las diferentes profesiones en el proceso del final de la vida ha generado en los últimos años gran interés, de lo que no queda exento el trabajo social

Desde los ámbitos de la salud y servicios sociales, como desde otros ámbitos como es el educativo donde se juega un papel fundamental a la hora de trabajar por cambiar el tabú que existe en nuestra sociedad en torno al tema de la muerte.

En este enfoque de proceso se incorpora una visión de intervención antes-durante y después

El acompañamiento social en el proceso del final de la vida supone un saber estar a lado de la persona y sus relaciones con el entorno.

Además es en este momento en el que la mediación cobra un importante papel incluso abre también nuevos yacimientos de empleo en funerarias, tanatorios… ampliando con creces esta perspectiva.

Os dejo la noticia: La importancia de acompañar en el tramo final de la vida La cercanía de la muerte genera una serie de inconvenientes alrededor, en los que el trabajo social puede intervenir acompañando al difunto y a sus familiares, buscando soluciones a los conflictos

Nuevas necesidades sociales

Las tendencias sociales como el aumento de la esperanza de vida, los cambios en las familias, la creciente pérdida del rol de la mujer como cuidadora, etc., nos llevan a la necesidad de entender cuáles son los retos de futuro para la profesión, plantearnos las nuevas necesidades sociales que es necesario abordar.

Cuidados paliativos

Los cuidados paliativos requieren una micro especialización que no pueden dejar al margen al trabajo social.

Poner en valor la importancia de la elaboración de un buen plan de cuidados desde el trabajo social asegura que:

  1. Poner en juego no sólo lo individual, sino también la familia, los allegados y el entorno
  2. La importancia de la  mirada de lo colectivo
  3. La importancia de la participación de la persona en todo el proceso, con el respeto a su autonomía.
  4. La necesidad existente de poner en valor el trabajo en red
  5. El valor de la proximidad para potenciar que esos procesos se puedan dar en el domicilio.

Emergencias Sociales, muerte y duelo

La atención del trabajo social en emergencias sociales y catástrofes, también traza la necesidad de intervenir con el fenómeno de la muerte y el duelo.

Además de trabajar la secuelas sociales que quedan tras este tipo de situaciones.

Formación especializada

Otro de los retos que se plantea es el refuerzo de la formación profesional en torno a procesos de duelo

Esto es necesario tanto para profesionales como las personas con las que trabajamos en todos los ciclos de edad

Además es importante así poner en valor el enfoque de la diversidad cultural y la espiritualidad en la intervención alrededor de la muerte.

 

“Procesos de acompañamiento social ante el final de la vida”

Os dejo el artículo publicado escrito por Rubén González Rodríguez y por mí que esta en parte basado en lo expuesto en el texto: La intervención social en el final de la vida 

El momento de la muerte se suele dar en instituciones, en presencia de profesionales, voluntarios, familiares, amigos, allegados etc., se platean dilemas sociales, emocionales, espirituales, médicos, familiares a los que hay que dar cauce.

Los profesionales también se enfrentan al sufrimiento, las situaciones que se dan en el final de la vida superan las cuestiones puramente científicas.

Por ello es importante clarificar el papel de acompañamiento en este proceso como una relación de ayuda que debe procurar un acompañamiento para llegar al final de la vida con dignidad.

Muerte como: ¿Problema o realidad?

Es interesante analizar el planteamiento social de la muerte como -¿problema o realidad?- , ya en la Edad Media (1414- 1450) se hablaba sobre el arte de morir

Se trataba de ello para abordar el proceso que suscita el trance de la vida a la muerte en cuanto a recursos, conflictos, tratamientos, dignidad, valores etc.

Uno de los motivos por los que se dejó de hablar de la muerte fue el devastador efecto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), también se ha percibido la muerte como un tabú para la sociedad ( Warner, 1999; Gafo, 1996).

Asimismo se ha podido ver la muerte como un fracaso profesional para la medicina científica (Callahan,2000), es decir, la muerte es algo contra lo que hay que luchar.

Ver la muerte como un problema nos lleva a querer morir de una determinada manera o de otra.

En ocasiones alejados de nuestra vida cotidiana, lejos de las personas que más importan, con dificultades para la toma de decisiones sobre el plan de atención más adecuado y otras cuestiones sanitarias, sociales, jurídicas o espirituales.

Los factores que complejizan la muerte

Es importante detectar los problemas que se producen al final de la vida a la hora de acompañar el proceso.

Uno de los problemas que pueden surgir es la falta de participación de las personas en la toma de decisiones.

Además de la falta de mediación en conflictos, la necesidad de implicación de los allegados.

También la falta de recursos de atención y cuidados, el agotamiento y riesgo de claudicación de los cuidadores y cuidadoras.

Hay que tener en cuenta además el sistema de apoyo comunitario, la falta de información, el planteamiento del plan de cuidados, etc.

Existen otros factores como el elevado nivel de situaciones dependencia de algunos casos que complejizan la situación, en estos casos se hace más importante;

  1. Poner el acento en la necesidad de apoyo de la familia y los cuidadores.
  2. La búsqueda de recursos de apoyo temporal y la posible pérdida de capacidad para tomar decisiones.

Rol del trabajo social

Según Martín-Sierra, Novellas, Ruíz y Quadras el papel del trabajo social consiste en atender las necesidades socio-familiares desencadenadas o agravadas por la situación de enfermedad grave o terminal.

Por ello es importante apoyar en la reorganización de la unidad familiar, optimizar las potencialidades de los miembros de la familia, mediar en conflictos familiares y ante dificultades derivadas de la toma de decisiones.

Además es sustancial intervenir ante problemas de comunicación familia-enfermo, asesorar en el manejo de la información con menores o personas que presentan especial dificultad e intervenir precozmente ante situaciones de posible riesgo de claudicación de las personas cuidadoras.

La fundaciones tutelares

También es importante tener en cuenta el papel de las fundaciones tutelares cuando no existe apoyo familiar.

En estos casos el trabajo se debe centrar en el establecimiento de protocolos específicos que tendrían en cuenta un procedimiento de urgencia social o sanitaria donde quede determinado:

Quién acompaña y quién representa y utilizar servicios lo más integrales posibles e impulsar programas de voluntariado centrados en modelos de relaciones personalizadas.

Plan de cuidados

Para establecer un Plan de cuidados que atienda a las necesidades sociales es importante huir del modelo paternalista, mantener con la persona una buena comunicación, que se respete de confidencialidad, que no estigmatice y que se garantice su dignidad.

Se debe tener en cuenta las múltiples necesidades de la persona físicas, de confort, neuropsiquiátricas, de comunicación, sus preferencias, valores, creencias, voluntades anticipadas

También tener en cuenta los criterios de actuación específicos de cada caso y la periodicidad de revisión de los aspectos recogidos en el plan.

Apuntes metodológicos

En la última década a tomado un gran protagonismo la metodología de intervención social y sanitaria que pone a la persona en el centro de la intervención.

Eso supone convertir una atención tradicional basada en encauzar todo el esfuerzo en vencer la enfermedad y curar a la persona en otro tipo de atención que incorpora cuestiones como la atención en la necesidad de confort físico, el apoyo emocional, que el acceso a la información sea sencillo y comprensible, fomentar la autonomía de la persona en la toma de decisiones y respetar sus valores, cultura y preferencias.

En resumen, se podría decir que la persona pueda llegar al final de su vida “a su manera” sin coacciones.

En ese escenario cobra una mayor importancia el papel que juegan en todo este proceso los profesionales con un acompañamiento social, ético, respetuoso, que procure el apoyo necesario en todo el proceso con la participación de la persona como eje de la intervención en un entorno acogedor.

 

La interdisciplinariedad

La integralidad y la interdisciplinariedad en la intervención se muestran en este modelo como un factores claves para superar las dificultades y los problemas que se dan en los ámbitos socioculturales y espirituales.

Nos permite además centrar la importancia de la participación de la persona, la comunicación y apoyo a ella tanto si está sola o acompañada.

Es fundamental tener en cuenta su contexto familiar y social y trabajar en coordinación con otros profesionales de distintas áreas que tengan relación con la persona en ese momento.

 

El acompañamiento social

El acompañamiento social de los profesionales como base metodológica consiste fundamentalmente en un saber estar al lado de la persona como punto de partida y como eje de la intervención en las tres partes del proceso: antes – durante – después.

Todo ello, sin perder de vista a la persona, la familia, el grupo de allegados y el contexto comunitario en general.

Esa visión de los micro-meso y macro social pone de relieve el valor del profesional de referencia del caso que acompañe el proceso y continúe su labor con la familia o allegados después de la muerte.

Ello incluiría la coordinación con el tanatorio, la medición en posibles conflictos que puedan surgir en gestiones, ceremonias etc., y el apoyo en la despedida y la superación del duelo.

«El acompañamiento social de los profesionales ante el final de la vida conlleva en muchas ocasiones el saber reportar la complejidad de lo sencillo, la muerte como una realidad que nos desnuda» (Ana Lima 2014)

 

Bibliografía

  • Gafo, J. Muerte: la cultura actual, Verbo Divino, 1996.
  • Gobierno Vasco “Atención integral a las personas mayores al final de la vida. Guía de recomendaciones éticas” 2013
  • Ministerio de Sanidad y Consumo. Estrategia en cuidados paliativos del Sistema Nacional de Salud. Madrid, 2007.
  • Novellas, A. “Modelo de trabajo Social en la Atención Oncológica” .’Institut Català d’Oncología” ICO L’Hospitalet 2004.
  • Propuesta de trabajo social para la Cartera de Servicios de Trabajo Social en Cuidados Paliativos . Martín-Sierra Navarro, Novellas Aguirre de Cárcer, Ruíz García y de Quadras Roca.
  • Wagner Grau, P. SOBRE LA MUERTE Y EL MORIR. Trabajo de Incorporación como Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina de Perú en Sesión del 13 de Mayo de 1999.