Dibujo de mi sobrina
La incidencia del aumento de la pobreza y el desempleo, junto con el empeoramiento de las condiciones laborales y los recortes sociales han situado a muchos niños y niñas españoles en situación de riesgo de pobreza y exclusión social. Existen multitud de informes fruto de estudios e investigaciones que arrojan datos escalofriantes sobre esta realidad, tal es así que afirman que el 27,5% de los niños y niñas españoles se encuentra en esa situación, es decir que 1 de cada 3 lo están en la actualidad, cifra que se dobla si pensamos en familias numerosas o en familias monoparentales y monomarentales.
España se ha puesto en los primeros puestos en Europa en pobreza infantil, además se pone de manifiesto que las medidas que se han tomado han tenido muy poco impacto en la reducción de la misma, la situación ha ido creciendo desde el inicio de la crisis y para muchas familias se está convirtiendo en estructural.
Muchos profesionales han detectado indicadores desde los centros de salud, los centros educativos y los centros de servicios sociales, advirtiendo del peligro que supone la pobreza para provocar también situaciones de riesgo nutricional en los niños y niñas. Se puede hablar del riesgo del hambre y la malnutrición como consecuencia directa de estas situaciones, aunque ninguna familia acude al médico para decir que sus hijos tienen hambre, profesionales sociales y educativos están detectando que las situaciones sociales de muchas familias también tienen consecuencias en la nutrición y el rendimiento escolar de los niños y niñas.
Los recortes sociales han provocado un agravamiento de la situación, ante la alarma publica generada por las vergonzantes cifras y casos presentados se han empleado medidas meramente puntuales y con tintes benéficos.
Creemos que la infancia es el futuro, pero sobre todo es el presente y hay que apostar por su bienestar y su dignidad como una prioridad inexcusable.
